Enigmatic Lady

LA EVOLUCIÓN

LA EVOLUCIÓN
¡Me encantó!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

VIRGENES SUICIDAS

Hoy no hice nada. En realidad, sí hice, pero no a la vista de aquéllos que hablan de "hacer algo" en términos de cumplir con obligaciones.
Busqué mi Casio SA-21 y me encontré con algunos sonidos que merecieron ser grabados en el pobre sistema de grabación de mi celular. Quedó bien. Ah, mi novio me recordó el tema que hicimos: "Nunca, pero nunca, dudes de mi amor". Se.. Me encontré con Kylie Minogue, Depeche y otra gente de los 80 cuyas canciones eran más conocidas que ellos mismos (eso me recuerda a los One Hit Wonders de VH1). Odio usar el posesivo "cuya, cuyo" y sus derivados. Lo puedo parafrasear pero la oración queda más larga. Un recurso por otro recurso. En fin... malditas clases de traducción que atentan contra la espontaneidad. -- bancame un minuto que habilito macros, columna, fecha, guardo, importo y mando al satélite--
Me desconcierta que los yanquis miren tantos documentales sobre Irán, Irak y la vida en el Medio Orient...


No me gusta el blanco
Bien, la peli de hoy fue "Las vírgenes suicidas" de Sofía Coppola. Cabe destacar que está basada en una novela escrita por un hombre y me pareció muy correcto el hecho de que ninguna persona sexo masculino lograra entender a las personas de sexo femenino. Y viceversa. Digamos que, en ese aspecto, es bastante parecido a la realidad. Otro aspecto parecido al real es que nadie entiende a los suicidas. Es decir, quitarse la vida sólo tiene sentido para el que se mata pero nunca para los demás. O sea... no se entiende a las mujeres y menos, a las suicidas. Queda claro. Es una historia triste, por supuesto, pero no es triste por el trágico comienzo y final (el título lo dice todo) sino por ese ambiente de familia clase media donde los padres son acérrimos católicos, rígidos, estructurados, que piensan que la vida responde a la extraña lógica "prohibición+obediencia=felicidad" y que se ven a sí mismos como una familia normal viviendo en una casa "llena de amor". ¿Qué decir? ¡Pobres pibas! En serio, pobres. Pero no hay que olvidar que la novela fue llevada al extremo, más allá de que puedan existir casos reales. El trabajo de Sofía Coppola es prolijo y sensible. Las escenas dentro de la casa me produjeron una sensación horrible de extrañamiento. El espectador también es huésped y siente la incomodidad y las ganas de salir de ahí. Las paredes blancas, los vestidos blancos estampados en rositas rococó, hay una pureza indigna que emerge del piso hasta el cielorraso y te mata por dentro. Nunca me gustaron las paredes blancas y, mucho menos, esos colores pastel. Ay, ay, ay! Me mata el alma! El blanco es un color hipócrita. No es perfecto pero quiere aparentarlo. No me gusta. Prefiero el mórbido negro, podrido pero real.

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