Enigmatic Lady

LA EVOLUCIÓN

LA EVOLUCIÓN
¡Me encantó!

lunes, 7 de febrero de 2011

A MI MANERA


ME llega la Rolling Stones con una banda roja alrededor que me obliga a abrir la revista en una sola página: la del centro. Desplegada sobre ambas carillas, una gráfica de Coca Cola, como siempre, juvenil y "divertida". No sé si la Coca será una especie de droga a la larga porque no entiendo cómo puede hacer tan feliz a la gente. Es evidente que algo adictivo tiene que tener, no? La cuestión es que me obligan a empezar a ver la revista en ese punto. Qué manga de soretes! ¡Yo la compré y yo debería hacer lo que quiero! No sólo me jode a mí sino que también jode a cuanto peatón que pasa por el kiosko y pide hojear la revista. Por supuesto que no va a poder hacerlo. Publicidad! Maldita meretriz! La cuestión es que viene con una tarjeta y encima me gasto en raspar al dorso para ver si alguna puta vez me gano algo en la vida y resulta que es un código. Es decir, voy a tener que recurrir a algún medio para meter el maldito código indescifrable después de tanta raspada (y te juro que hoy fue un buen día porque pasé el nivel 3 de Magicka) para enterarte de que tenés una canción para descargar totalmente libre. Y cuál es la canción: "A mi manera" versión Infierno 18. Como si uno no tuviera los huevos llenos de escuchar a Sinatra siempre con esa canción y encima, la versión que más me gusta es la de Syd Vicious y no otra. Para colmo de males, me hacer acordar al "Ruso" Sofovich, porque en algún momento la usó para su programa de gatos y gatitas. Y ni hablar de la versión del Gordo Porcel en "Los ratones y las gatitas de Porcel" (y si no se llamaba así el show, le pego en el palo, mirá). En fin, ¿por qué me tengo que perder unos preciados minutos en esto? Sí, sí, recuerdo... es la esperanza de ganar algo. Pero... una descarga gratis??? Algo más irrisorio no podía ser? Por favor, en este mundo lleno de torrents!!! me quieren regalar una descarga gratis. Pero, regalen algo mejor loco!!! Así no va.
También me enteré de que para ganar algo en la RS, tenés que escribir la famosa "Carta del Lector" y ellos (andá a saber quiénes) se ocupan de elegir la mejor entre todas. Y ¿sabés qué se gana la mejor carta? Unas alpargatas Dunlop. Andá a cagar!!! Inrockuptibles me da la posibilidad de ganar libros y hasta un equipo de audio y vos, Rolling Stone, que te hacés el gil con esa marca pero tenés redactores que van para atrás!!! sí, para atrássssss!!!! regalás una alpargatas???

OK. Paren la rotativas.

El miércoles tuve que viajar a Munro en el 59 y pasó algo divertido. Resulta que tenía en el bolso un librito de una editorial conocida y muy criticada en estos tiempos y me lo puse a leer. El libro contiene dos cuentos de O. Henry tanto en idioma inglés como en castellano. Está bueno. La traducción es muy buena, aunque difiero en algunas decisiones. La cuestión es que uno abre el libro y se encuentra, en la página izquierda, con su versión original y, en la derecha, con su versión en castellano. Bien... me dispongo a leer "Cisco Kid" para matar el tiempo (suavemente) y poniendo el libro a la altura de mis ojos porque si miro hacia abajo, con el movimiento, me da náuseas (eso es así desde que tengo uso de razón, es decir, a eso de los cuatro años). Estuvo divertido notar que el pasajero a mi izquierda aprovechaba la versión en castellano mientras yo deglutía lentamente la versión original con Humbug de Arctic Monkeys en mis oídos. Increíble esa experiencia. La música acompañaba la historia y ya me estaba haciendo la película. Joseph Gordon Levitt era Cisco Kid mientras que la half Mex, half Tex no tenía una cara formada. Pensaba en alguien que se pareciera (pero que no fuera) a Salma Hayek tal vez... o a Penélope Cruz, tal vez... no sé. Podría ser Eva Longoria si no fuera tan pechugona y tan vieja para el papel, claro.
Pero mientras yo me hacía la película, el chabón leía fascinado. Era más rápido que yo leyendo. Cuando terminaba una página, se hacía el distraido y miraba para otro lado pero cuando daba vuelta la hoja... jajaja. Era gracioso cómo disimuladamente tornaba la cabeza hacia el libro (que lo tenía bien separado de mí). El pobre se quedó atrincherado entre bajar o terminar la historia. Faltaban dos páginas cuando se bajó en algún punto de Cabildo. Espero que algún día se encuentre con el final.