Enigmatic Lady

LA EVOLUCIÓN

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¡Me encantó!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Tres cualidades humanas difíciles de encontrar

 
Para empezar bien, quiero aclarar que lo siguiente es un testimonio. Acepto comentarios y críticas (y me cuesta mucho decir eso porque todavía tengo el orgullo delante de la voluntad de escuchar críticas pero uno puede aprender de eso aunque el orgullo quede herido).
Están quienes tienen estas cualidades naturalmente. Los envidio sanamente. Me preocupo por ser mejor persona día a día y raras veces me voy a dormir sin alguna pequeña desilusión de mí misma, al menos, eso me está pasando en los últimos días. Ser mejor persona, para mí, es una estrategia constante. Uno puede confundirlo con maquinación, con calculación. La realidad es que tengo que esforzarme por ser buena, coherente y sobre todo humilde. Es un esfuerzo diario. Y siento que ese esfuerzo me acerca cada vez más a la muerte. No creo en el destino y quisiera equivocarme pero parece que cuanto uno más logra dilucidar los secretos de la vida, se le termina el tiempo. No soy supersticiosa, pero si me dijeran que hay un fantasma que evalúa cada acto de la vida, no me sonaría tan raro y eso me da un poco de miedo. Tengo muchos vicios y quiero ser un ejemplo para los que vienen. Decir "ejemplo" no es humilde. Tal vez, ser ejemplo es algo natural. Uno nace para eso. Pero ya dije, no creo en el destino. Mi objetivo es ese. No sé si voy a lograrlo pero vale la pena intentarlo.
En definitiva, tres cualidades que creo esenciales para ser una buena persona son:

Bondad (si dicen que es "obvio", lo entiendo):
Cómo me cuesta aceptar a las personas y las diferencias que nos separan. Cómo me cuesta hacer a un lado esas diferencias para estar con esa persona y, aún más, qué difícil me resulta lograr disfrutar con esa persona, a pesar de las diferencias. A veces, las diferencias se presentan temprana en una relación (hablo de cualquier tipo de relación: novios, amigos, padres/hijos). A veces, más tarde. Pero si la primera impresión fue buena, razón por la cual se inició la relación voluntariamente, las diferencias que aparezcan luego me caen como pequeñas o grandes desilusiones. Se siente como una desilusión pero, para que exista una desilusión tiene que existir, previamente, una ilusión. La falta a esa ilusión primera es lo que me afecta. Después de eso, ¿puedo confrontar a la persona de la misma manera? Quien tiene bondad, seguro que lo hace porque, en principio, raramente se armaría una preconcepción (buena o mala) de alguien y, en segundo lugar, si tuviera tal preconcepto, lo haría a un lado para intentar establecer un vínculo. Cómo me cuesta lograr eso.

 Coherencia
¿Cuánto de lo que digo tiene sentido? Sin tener en cuenta menudencias tal como "no me gustó Lady Gaga desde el principio y después la escucho y digo que me parece genial", cada acto tiene lugar a posteriori de una conclusión o de actos preliminares que raramente se condicen con la decisión final. Hay un proceso, es verdad, que nos puede llevar a tomar cierta decisión hoy y cambiar esa decisión mañana porque, justamente, la anterior carece de sentido ante ciertos factores que tal vez no tuvimos en cuenta. Pero si yo me mudo para dejar los vicios con los que me crié (no hablo de drogas, alcohol o cualquier otra dependencia sino errores cotidianos del ambiente en el que uno crece; ej: violencia verbal, gritos innecesarios, falta de respeto de hijos a padres y de padres a hijos, etc.), para separarme de la carrera que había elegido y encontrar mi verdadero yo y me verdadera vocación y después me paso los días sin hacer nada al respecto... ¡guarda! Hay un problema. La realidad es que todavía no estoy segura de qué hacer pero... ¿tengo que abstenerme de hacer cualquier cosa con tal de intentarlo? No me parece. ¿Y por qué lo que ya hago me parece tan poco? Será cuestión de confianza, tal vez. El hecho es que no estoy siendo coherente y cómo me cuesta iniciar una nueva etapa. Tal vez, estoy esperando que se venga fin de año, tal vez, las vacaciones me llenen de impulso. Come on! Eso suena hipócrita... dije que no creía en el destino ni era supersticiosa, por ende, no puedo creer en la suerte de que a principio de año me vaya bien en algo o se me ocurra la idea brillante que estuve esperando toda la vida (mi novio me decía la otra vez, que vivimos por un momento en la vida, un momento en el que todo se da perfectamente y uno se queda completamente satisfecho y feliz, es un momento cúlmine y es, a la vez, todo una vida).


Humildad
Siempre me consideré como una persona especial y con eso, podía alimentar mi ego. Pero especial: ¿por qué? ¿Porque soy más viva y si me cagás, te cago? Porque lo sé todo. Oh sí, ¡lo sé todo! Para quedar como humilde, ahora debería decir: no sé nada. Para ser sincera, creo que estoy en el medio. Sé algunas cosas y eso me alcanza para algunos aspectos de la vida pero, honestamente, siento que me falta mucho. Muchísimo. Me pongo todo un horizonte delante para recorrer. Hubo muchísima prepotencia en mi vida. Hubo exceso de confianza. Y cuando creía que justo estaba alcanzando un punto óptimo, todo, absolutamente todo mi mundo, se vino abajo. La adolescencia me duró muchos años, más de lo que hubiese querido. Creo que algunos tienen prepotencia porque se sienten económicamente seguros, otros porque se sienten intelectualmente seguros. De esas dos clases, pertenecía a la segunda y todavía no me siento tan afuera, todavía me cuesta dejar de pensar en la respuesta inteligente que voy a dar apenas terminen de hablarme. En el fondo, todavía busco que reconozcan esa posible respuesta/solución como intelegente o sabia, como lo "mejor". La sabiduría me resulta un valor tan inmenso. Tan inmenso!!!! Me parece una cualidad hermosísima. Claro que me encantaría apenas tocarla. ¿Por qué me cuesta tanto escuchar? ¿Por qué soy tan débil que dejo que el orgullo me apañe y me manipule? No puede ser más fuerte. No tengo que fortalecerlo.

Para mí, escribir sobre estas cosas es una terapia. Podría utilizar un cuaderno y dejar de compartirlo pero eso lo hice durante muchos años, también me sirvió, pero no tanto. Me gusta el mundo real, me gusta la posibilidad de recibir devoluciones, no importa si nadie lo hace en definitiva, porque escribir e intentar profundizar en lo que a uno le sucede jamás es en vano. Para el que leyó hasta acá, saludos y gracias. Perdón por la extensión de la entrada y que tenga buen día.

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